Cuando ocurren catastrofes naturales, solo nos enteramos o nos enfocamos en el hecho en sí. Es decir, en lo que sucedió. A partir de allí dejamos de prestarle atención. Olvidamos que hay un después. Cómo en el terremoto que sufrió Japón en el 2011.
El director, Sion Sono, con la película "Kibo no kuni/ La tierra de la esperanza" muestra los estragos tanto estructurales, sociales y personales que dejó el terremoto y posterior tsunami de 2011. Este film escrito y dirijido por él mismo, es un drama bastante largo no apto para una persona que busca entretenimiento.
Esta pieza audiovisual es bastante lenta y por momentos se produce una desorientación en el expectador, pues se pierde la dirección de la historía. Este drama no muestra escenas desgarradoras en primeros planos, es más aquí el morbo no existe. En cambio, se muestra un sufrimiento típicamente japonés, es decir el drama está en el hecho en que las victimas no logran sacar el dolor que los aqueja; es un estoicismo doloroso.
La presión, la incomprensión y el rechazo de la sociedad a su semejantes por el desconocimiento y miedo hacia algo es latente en este proyecto. Cómo final este film nos ofrece un descenlase bastante realista, es decir no es ni feliz ni triste; es ambos.
Como conclusión puedo recomendar esta película si lo que buscas es profundizar en la cosmovisión japonesa. Es un film para estudiar.
Hasta la próxima.
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